martes, 9 de julio de 2024

Mi primera expedición

El mundo es inmenso; y, aunque la mayoría de nosotros localizamos muchas partes, tenemos que reconocer que no pensamos diariamente en casi ninguna. Son las noticias, las que nos sitúan en millones de sitios y hacen que broten millones de sentimientos de solidaridad hacia esas partes del mundo que peor lo pasan.

Todos alguna vez hemos oído hablar de Armenia, aunque muchos tengan que buscar exactamente su situación. Casi todo el mundo conoce sus largas guerras y la pérdida de Nagorno Karabaj. Pero indudablemente, aunque el mundo empatiza y sufre por los demás, es muy complicado poder hacer algo más; nuestros días caminan con nuestra guerra personal y el desconocimiento de ignorancia hacia todo lo demás.

Pero para mí, una simple mortal, todo esto va a cambiar. De repente, mi corazón empieza a latir con toda la fuerza del mundo. ¡Voy a ir de expedición, no me lo puedo creer! Mi maquinaria comienza a funcionar, la emoción, la razón se vuelven locas, situando dónde van a llevarme mis pasos. Pues mis pasos, junto a los de mis compañeros, caminarán hacia Armenia. 

Millones de sentimientos afloran por todos los sitios, reconozco la importancia de una sonrisa y más aún, del que no la recibe cada día. Así que solo pienso cómo poder llevar esa sonrisa por toda Armenia. Solo quiero esa mueca, que es más poderosa que cualquier fuerza del mundo. Aunque nerviosa, porque no sé qué es lo que me voy a encontrar, ofrece mucha tranquilidad mis dos compañeros Nacho y Pepo, los cuales tienen experiencia más que de sobra.

Comienza la aventura; ya no es un sueño, es una realidad porque tiene día y hora. Allí en Armenia, nos encontramos mis dos compañeros y yo, dispuestos a hacer el mejor espectáculo; en busca de esa mueca tan deseada que es “su sonrisa”, la esperanza del brillo de sus ojos, el deseo de un gran abrazo al final que nunca quieres que termine, y de un momento que quieres inmortalizar para no olvidar. 

Cada día, estaba envuelto en una emoción, en un brillo de ojos, en una sonrisa, en unas manos; la expectación del lugar y la adrenalina recorriendo mi cuerpo, se mezclaba. El deseo era mutuo y mi payasa caminaba día a día en el deseo de jugar, jugar con ellos, arrancar el esbozo de esa sonrisa de una manera natural. 

Mi Payasa se va haciendo grande día a día según va pasando por lugares; el calor, el cariño y el deseo de un pequeño paréntesis en su gran realidad me hacen grande. Palabras que llevaré en el corazón para toda la vida: “eres el sol de Armenia en los días de lluvia”, o su gran generosidad al compartir todo aquello que tienen.

Al principio, a mí personalmente, me cuesta recibir del que poco tiene; pues me lleva a pensar que me quedo con lo que no es mío y lo que en otro momento necesitarán. Pero está claro que la vida te enseña cada día una lección más, entre otras cuantas, la de recibir con el corazón abierto y disfrutar del momento que se tiene, simplemente por el placer de compartir. 

Gracias, muchísimas gracias, por todos esos lugares en los que nos recibisteis expectantes, por todos esos lugares en los que nos esperabais, con todo. Un pequeño Kit-kat en vuestra vida, un momento fresco en el cual, la vida te regala una sonrisa, algo que todos damos por sentado y que parece que no es un regalo. Pero efectivamente, no solamente ha sido un kit-kat para vosotros, también lo ha sido para mí. Un recuerdo que tampoco olvidaré.

Escuché en numerosas ocasiones, mientras me hacía fotos con todas aquellas niñas y niños, que durante mucho tiempo sería parte de su recuerdo. Estoy segura que será así; tanto mis compañeros como yo, formamos parte de un bonito recuerdo que no solo vivirá en ellos, también vivirá en mí. La vida es una suma de momentos que nos hacen lo que somos; y yo, hoy por hoy y para siempre, soy un poco de Armenia.

Caminar durante esos 15 días con vosotros, abrir los ojos expectantes al mundo que me recibía, ver lugares diferentes a los que yo estoy acostumbrada. Un lugar donde nuestras preocupaciones cambian y todo se mira de otra forma. 

Un país increíble Armenia, donde nos pueden dar a todos una lección de humildad. Un pueblo castigado durante muchísimo tiempo y siempre teniendo que protegerse de los demás. Y cuando llegas, lo que ves es gente sencilla, tranquila y de lo más pacífica. Un pueblo precioso, y no solo por su paisaje, que es increíble con sus montañas. La grandeza de Armenia la tiene su pueblo. ¡Los Armenios!

Espero haber dejado suficiente buen recuerdo, la mejor de las sonrisas, y la mayor carcajada, para todo lo que me llevo.

Por último, quiero agradecer en este camino a mis compañeros Nacho y Pepo por darme la oportunidad de caminar a su lado y poder disfrutar de una experiencia semejante; a Lena (y a toda la oficina), que siempre estuvo pendiente de nosotros; y como no, a Arman nuestro chofer, el mejor del mundo, el cual nos ha llevado a cada lugar; el equipo no era de tres, era de cuatro. Para finalizar, quiero agradecer a Anahit y a todo el valioso equipo que tiene, por la gran labor que hacen día a día. Gracias a ellos, hemos podido construir un recuerdo precioso que siempre nos esbozará a todos una gran sonrisa. 

No es un adiós, es un hasta pronto.

Un saludo

Angélica Veintimilla






Durante la gira, se realizaron 20 espectáculos para 3366 personas y fue posible gracias a la coordinación con ACNUR Armenia y al apoyo del Ayuntamiento de Barcelona.



Participaron en esta gira los artistas voluntarios Ignacio "Nacho" Morán, José Luis "Pepo" Rueda y Angélica Veintimilla.


Gracias por leer nuestras aventuras en Armenia.

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1 comentario:

  1. Mi esposo tenía la costumbre de siempre enviar mensajes de texto y concertar citas con sus viejos amigos, incluidas sus ex. Nunca pensé que hubiera un problema con eso hasta que se alejó emocionalmente de mí y comenzó a actuar de manera anormal conmigo y mi hija. En este punto, supe que necesitaba ayuda urgentemente porque nunca quise perderlo. El Dr. Isikolo vino a mi rescate y el problema se solucionó. Una ex de mi esposo juró asegurarse de que ella lo alejara de él y comenzó a manipularlo para que me abandonara a mí ya mi hija, lo que eventualmente habría sucedido si el Dr. Isikolo no hubiera intervenido para ayudarme. Apenas 48 horas después de solucionar el problema, todo se volvió increíble entre mi esposo y yo y ahora se ha disculpado por todo y estamos bien nuevamente. Comuníquese con el Dr. Isikolo y crea que seguramente solucionará ese problema para usted. Envíele un correo electrónico a isikolosolutionhome@gmail.com o envíele un WhatsApp al +2348133261196

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