viernes, 15 de noviembre de 2024

¿Y ahora qué?

Hace ya dos semanas que volví de la expedición a Marruecos para personas afectadas por el terremoto ocurrido el 2023 del que ya nadie se acuerda. Payasos Sin Fronteras reunió a un grupo humano para, entretener y transformar realidades complejas en momentos únicos e irrepetibles a través del humor y la risa.

He madurado y reflexionado sobre cómo aliviar esta carga emocional, he escrito, dibujado, cantado, meditado… Pero en realidad, nada es mejor que hablarlo con alguien que realmente desea escuchar.

Por diferentes motivos me he encontrado solo en mi entorno y no he tenido la respuesta deseada; y es que existe una gran diferencia entre oír y escuchar.

Han sido 15 días frenéticos de viajes, actuaciones, médicos, conflictos, etc… 

Sumemos algo indiscutible, la carga emocional que, en cada abrazo, besos, risas, miradas de niños, niñas y mayores nos regalaban. Sí, nos regalaban, porque realmente era algo puro que emanaba de la esencia, nosotros como payasos y artistas nos enfrentamos con los brazos abiertos exponiéndonos al dolor, frustraciones y todo tipo de traumas sufridos por ellos.

Como ya decía, he intentado despojarme de esta energía que recorre cada poro de mi piel y he de confesar que es adictiva y realmente es tan grande lo que he podido experimentar que no quiero que me abandone.  De ahí, que aun siga escuchando las canciones de los espectáculos, revisando las fotos y reviviendo anécdotas que han hecho esta labor, única e irrepetible.

Pensé en escribir una crónica al uso, donde apareciera todo lo bueno y gratificante; pero ya se pueden imaginar, no es nada nuevo e igual incluso podría aburrir, ya que nos resuenan otros escritos similares.

Hemos pasado de 0 a 100 y de 100 a 0 constantemente y en un abrir y cerrar de ojos, solo una anécdota. 

Una compañera se intoxica y aparece con ronchas en la piel, el picor es brutal y no puede dejar de rascarse, se levanta heridas y se infectan, acudimos al hospital todas unidas.

Allí, la espera se hace interminable, se acerca la hora de actuar y aún sin los resultados. Ni lo pensamos, salimos para el lugar de actuación y disfrutamos del momento, así como todos y todas las asistentes. Tal y como acabamos, volvemos al hospital a la espera de las analíticas; no lo podíamos creer, aún sin respuesta. Aguardamos con paciencia y de nuevo nuestro segundo espectáculo se aproximaba, nos estaban esperando y no podíamos defraudar, nuevamente nos dispusimos a salir a otro emplazamiento; maquillaje, vestuario y volvemos a vibrar con los chicos, chicas y profesorado… vuelta al hospital y los resultados no están, tardarían toda la expedición y el regreso a España.

¡Hemos estado en una montaña rusa emocional… Y desgasta!

Ya en casa, vuelves a “tu propia realidad”, nuestro cerebro se intenta adecuar al ritmo de la ciudad, pero nuestro corazón sigue latiendo allí en Marruecos, en las zonas devastadas, en los colegios de diversidad funcional, física e intelectual, en los centros de drogodependencia, en los colegios y guarderías para infancia en extrema pobreza…

...qué complejo es el ser humano, hemos solapado las desgracias, catástrofes naturales y guerras en un segundo plano por la falta de empatía con nuestros iguales, nos enseñan a despojarnos de nuestro EGO  a través del trabajo personal e individual, ¡qué contrariedad!

Hoy busco la atención real de familiares y amigos para poder liberarme de estas emociones que me engullen, que aún disfrutándolas, no son sanas mantenerlas en el tiempo.

Encuentro en mi alrededor oídos y réplicas banales, cambios de temas que se dirigen hacia otros disfrutes, pero me falta la atención y la escucha.

Cuestionaba las redes sociales y era reacio a mostrarme, pero hoy creo haber encontrado esta función, imagino que originaria y ahora desvirtuada por las modas y el sensacionalismo. Me quedo con este pensamiento, conectar con la gente y entre tantas, sentirme escuchado.

GRACIAS!

José A. Gonzalez "Jose Al-Magic"

Gira a Marruecos - Octubre 2024


Durante la gira, se realizaron 14 espectáculos para 2898 personas.

Participaron en esta gira, los artistas voluntarios: Beatriz Garrido, José A. González, Pau Segalés y Miriam Crespo.




Esta gira fue coordinada por la Academia Internacional de Formación y Acompañamiento, en colaboración con la Asociación Generación Dorada para el Desarrollo y la Solidaridad y gracias al apoyo del Fons Català de Cooperació al Desenvolupament.


Gracias por leer nuestras experiencias en Marruecos.

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martes, 20 de agosto de 2024

Resistencia y Reconstrucción

Ésta no ha sido una de esas expediciones en las que nos hemos encontrado a niños con el horror de la guerra, la destrucción o el hambre reciente en sus miradas. Pero el conflicto, aunque el último enfrentamiento date de septiembre, está presente en sus vidas. Y eso lo notamos aún más cuando acudimos a los lugares cercanos a la frontera con Azerbaiyán.

En algunos de estos enclaves, a escasos centenares de metros de la frontera, la población, lejos de amilanarse, está construyendo nuevas casas en una muestra de resistencia. Esta resolución se refleja en las caras de los adultos y algunos jóvenes, pero no en las de los más pequeños, que nos reciben concentrados, expectantes y serios.

En seguida una chispa va iluminándoles los ojos y comienzan a reír y a reír hasta el final del espectáculo. Se ha producido la maravillosa alquimia de los payasos, la transformación de la tristeza en gozo. Y no hay moneda que mejor pueda recompensarnos. Después las mujeres (porque casi siempre son mujeres) que coordinan estos grupos de refugiados nos agasajan con café y dulces y agradecen de corazón nuestra presencia.

En este contexto, la payasa y los dos payasos que hemos venido a Armenia no podíamos fluir sino en un ambiente de buen rollo. Los días han transcurrido entre risas, amaneceres musicales, risas, ensayos, risas, resolución de contingencias, más risas...

José Luis "Pepo" Rueda




Durante la gira, se realizaron 20 espectáculos para 3366 personas y fue posible gracias a la coordinación con ACNUR Armenia y al apoyo del Ayuntamiento de Barcelona.



Participaron en esta gira los artistas voluntarios Ignacio "Nacho" Morán, José Luis "Pepo" Rueda y Angélica Veintimilla.


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martes, 16 de julio de 2024

"Mamá, ¿ves? Santa no es real, pero los payasos sí." - Armenia 2024

Habíamos quedado el 3 de junio en el aeropuerto de Madrid, para embarcarnos en una expedición de Payasos Sin Fronteras. Una payasa, Angie, y dos payasos, Pepo y Nacho. 

Para Angie, era la primera vez. Un torbellino de nervios, curiosidad e ilusión hacía que sus ojos brillaran tratando de capturar cada instante como si fuera a ser el último.
Nuestro destino, Armenia. Un pequeño país montañoso, sin salida al mar, que está justo donde termina Europa Oriental y empieza Asia Occidental. Sus vecindades son Turquía al oeste, Georgia al norte, Azerbaiyán al este, y al sur, Irán y el enclave azerbaiyano de Najicheván. Esta antigua república soviética, con una lengua y alfabeto propio, se destacó por ser la primera nación en adoptar el cristianismo como religión oficial allá por el siglo IV.

Sin embargo, aunque alguna iglesia visitamos y alguna palabra armenia aprendimos, la razón de nuestra expedición era otra. Los enfrentamientos entre Azerbaiyán y la República de Artsaj en septiembre de 2023, obligó el exilio de más de 100.000 personas armenias en una sola semana desde el Nagorno Karabaj, ante el temor de una limpieza étnica. Según ACNUR, la mitad era población infantil (31%) y personas mayores (18%).


A este contexto era al que unos meses más tarde llegaba nuestro trío de payasos;  con el único fin de llenar de juego, alegría y optimismo los corazones de todas las personas que sufrían esta crisis humanitaria, tanto las refugiadas, como las que les recibían; y por supuesto, todas aquellas que vivían a diario en una tensa calma que cada cierto tiempo le costaba la vida a alguien.

Aunque nuestro público objetivo central eran las personas refugiadas del Karabaj, actuamos también para personas provenientes de otros lugares en conflicto como Irak, Siria o Ucrania.

Nuestra llegada se vivía con mucha expectación. En algunos lugares, habían montado una fiesta para recibirnos e incluso habían pintado grandes carteles para darnos la bienvenida.


Muchas veces, cuando llegábamos al lugar de la actuación, el público ya estaba esperando en sus “butacas”; así que nuestro espectáculo comenzaba con la entrada de los payasos portando todo el material necesario para la actuación, incluído el altavoz. Tanto el montaje, como el desmontaje, formaba parte del show.

Durante una hora, el público se sumergía en el mundo mágico y surrealista de los payasos. Aunque apenas chapurreábamos cinco o seis palabras en armenio, la sensación era que todos hablábamos una lengua común, el idioma universal de la risa. Hasta tal punto era así, que, al terminar el espectáculo, los más pequeños se nos acercaban exultantes diciéndonos cosas que nos habría gustado escribir si las hubiéramos entendido.
Fueron muchas las vivencias en cada etapa de la gira, muchos ejemplos de resiliencia. Vamos a mencionar algunos:

Tech es un pueblo situado a apenas 200 metros de la frontera con Azervayán, desde el último conflicto de Artsaj (Nagorno-Karabaj) en septiembre de 2023. Un pueblo en el que todas las familias han perdió a alguien por culpa de la guerra; un pueblo que se encuentra amenazado por una nueva escalada del conflicto; y que, sin embargo, lejos de despoblarse, sus gentes siguen construyendo casas y han acogido en los últimos tiempos a veinte nuevas familias.

Otro ejemplo es el de Melanie, una mujer con varios familiares con discapacidad que decidió fundar un centro para personas con discapacidad en Vardenis, muy cerca también del Nagorno-Karabaj. Desde su centro, trabaja para construir comunidad entre las personas con discapacidad y sus familiares; y que ahora también ha dado acogida amás de doscientas familias refugiadas que llegaron con el último conflicto: Unas mil personas. Ella nos comentó: “Van a tardar mucho en olvidarse de los payasos, de sus ropas y del rato que han compartido cada uno. El sentimiento de comunidad que generáis es muy importante”. 

Y para ampliar el rango de edades, mencionaremos también a Tigrán. Un joven de 23 años, refugiado del Nagorno-Karabaj, que nos encontramos en un campamento de verano en Yegheghnadzor, provincia de Vayots Dzor. Él ha estudiado ciencias políticas con la ayuda de un programa para refugiados, y ahora lo quiere devolver yéndose a ejercer como profesor de historia a algún centro en la región fronteriza de Syunik, donde habita una gran cantidad de población refugiada.

Podríamos escribir tantos párrafos como personas con las que hablamos en cada lugar que visitamos. Fueron veinte las actuaciones que hicimos de la mano de ACNUR y 3.366 personas las que se toparon con nuestra pequeña caravana de risas. Junto con nuestro infatigable chofer, Arman, nos movimos por todos los territorios fronterizos de Armenia, llegando a las provincias de Ararat, Armavir, Geghrakunik, Kotayk, Tavush, Dilijan, Lori, Syunik, Vayots Dzor, para terminar nuestras últimas actuaciones ya en Yereván.
Del mismo modo que allí se quedaron con el recuerdo de nuestro paso, nosotros también nos volvimos con un pedacito de este pequeño país rodeado de vecindades poderosas que han ido tiñendo su historia de innumerables guerras, invasiones y hasta intentos de genocidio. Sin embargo, es un país que alberga gentes tranquilas y amables, con ganas de construir su propio futuro, y eso sí; orgullosas de su producto nacional, el albaricoque.
 Cerramos el post con esta pequeña anécdota: Un niño dijo a su madre después de nuestar actuación en Armavir: “Mamá, ¿ves?, Santa no es real, pero los payasos sí”.
Gracias a Payasos Sin Fronteras por haberlo hecho posible.

Nacho Morán Seijas


Entérate más sobre la labor de Acnur y la situación de Armenia en:  https://www.unhcr.org/am/en/humanitarian-response

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