EL BLOG DE PAYASOS SIN FRONTERAS: Sin ellos, nosotros no somos nada

Hoy comparado con los días anteriores ha sido un día más tranquilo, que también es de agradecer. Nos hemos despertado temprano, para variar, y hemos ido al primer espacio de hoy: el centro de la Social Support Society - Ghazze

Al llegar los niños ya estaban esperándonos sentaditos en sus sillas. El espacio era lo más parecido a un teatro que hemos visto hasta ahora; tenía un escenario a un metro del suelo, como una sala de actos.

Hemos montado con nuestra rapidez habitual y hemos hecho un espectáculo redondo del tirón. Se nota que ya llevamos carrerilla y todo ha cogido su ritmo y fluidez.

Poco antes de acabar el espectáculo, en el penúltimo numero, se ha ido la luz y Dani y Marina se han quedado sin su música para los malabares. Han aguantado el chaparrón y seguido como si nada. A los poco segundos Tortell ya ha reaccionado, ha sacado su saxo sopranino para poner música y ayudar a los compañeros en esa situación tan apurada. Hemos hecho piña y ha sido bonito sentir que, aunque ellos dos eran los que tenían la gran responsabilidad de hacer que el show no decayera, todos estábamos en el mismo barco y hemos luchado con uñas y dientes para mantener la atención de los pequeños hasta el final.

Es curioso. Aquí los apagones son habituales y siempre que pasaba comentábamos "que suerte que no nos haya pasado en medio de una función". Pues bien ahora ya ha pasado, y ya no nos da miedo.

La segunda función de hoy ha sido muy especial. A pocos minutos del centro de la S.S.S. hay una escuelita muy pequeña que se llama Dameh. Es tan, pero tan pequeña que la sensación era de que los niños y niñas estaban en el salón mirándonos a nosotros actuar en el pasillo. Una función que se suponía que tenía que ser para 30 niños ha acabado siendo para 100. En esa salita no cabía ni una aguja, pero durante la función iban llegando más y más, y aún así los hacíamos pasar con un "yalla, yalla!" Y seguíamos con el espectáculo.

Es cierto que hemos tenido que adaptar todos nuestros números a las condiciones del espacio, pero hemos podido hacer casi lo mismo que en las otras ocasiones y ha sido precioso. La actuación más familiar y cercana, sin duda alguna.

Al terminar, todos, sin excepción, niñxs, padres y profesores nos han agradecido mil y una veces nuestra actuación. Besos, abrazos, fotos, autógrafos, "I love you's", la gratitud era visible a todos los niveles.

Cuando hemos acabado de recoger el material hemos vuelto al Centro de la S.S.S. porque los organizadores de la jornada nos han ofrecido tomar un té como señal de agradecimiento. Hemos compartido un rato y unas risas antes de volver al hotel para ducharnos e ir a comer.

Como veis, el espectáculo tiene siempre el mismo esqueleto pero nunca, nunca de los jamases es el mismo. Porque el espectáculo no solo somos nosotros, también son ellos. Sin ellos, nosotros no somos nada.

¡Seguiremos retransmitiendo!