lunes, 17 de junio de 2013

El despacho del director.

© Payasos Sin Fronteras


La siguiente historia que os queremos contar desde Bosnia nos encanta. Puede ser que no sea la más extraordinaria historia jamas contada sobre las expediciones de payasos sin fronteras por el mundo. No, no es arriesgada, no estamos a punto de perder la vida por las maltrechas carreteras, no salváremos a ningún niño de la pobreza, nada de eso, lo sentimos querido lector, seas quien seas...Porque hay alguien ahí no??? 

Con qué haya un lector, tu, nosotros contentos... Y es que es una historia sencilla, de hombres buenos, de la esperanza... Son las que nos gustan a estos payasos que os escriben desde Bosnia, pero antes merece la pena poneos en situación. El pasado lunes fuimos a actuar a Srebrenica, hicimos dos actuaciones en dos colegios cercanos a la ciudad. Para quien no lo sepa Srebrenica se encuentra al sudeste de Sarajevo y muy cerca de la frontera con Serbia, dentro de la república Srpska. Es un sitio profundamente importante dentro del conflicto de la guerra de Bosnia. 

El 7 de Julio de 1995, fueron ejecutados en tres días mas de 8.000 Bosnios a manos del ejército serbio, en su inmensa mayoría varones. Se conoció en el mundo entero como el genocidio de Srebrenica, el mismo mundo que le dio la espalda de la manera más cruel. Sobran los comentarios ante las cifras esperpénticas. Antes de la masacre la ciudad fue declarada como "zona segura" por Naciones Unidas, ya que en ese momento se encontraba bajo la supuesta protección de 400 cascos azules holandeses. Esto hizo que más de 40.000 Bosnios llegarán a Srebrenica para refugiarse del horror, creyéndose a salvo. No fue así. Los serbios tenían un plan. Primero dejaron sin luz, agua ni comida a las gentes. Y luego ante la obscena mirada internacional atacaron el enclave estratégico. El resto de la historia es trágica...Miles de Bosnios trasladados en autobuses que desaparecían en un camino directo hacia la muerte y el horror. 

La mañana en Srebrenica es pesada, nubes densas y una fuerte humedad nos dan la bienvenida por carreteras imposibles en medio de unas montañas descomunales. Hay tanta vegetación aquí, que los bosques parecieran robarnos el oxígeno... Hay algo denso en el ambiente, en nosotros también, quizás hayamos leído demasiado, pero los cuatro compartimos el repentino cansancio. Srebrenica en la actualidad es un pueblo afilado que se estira dentro de una garganta entre montañas. Casas abandonadas y destruidas conviven con hogares reconstruidos y hermosos buscando un nuevo comienzo... Hay edificios que congelan el paso. Srebrenica es un sitio pequeño de un tamaño ridículo para lo que lo que allí se puso en juego. Los bosques que la rodean son húmedos e interminables y al penetrarlos con la mirada, la imaginación se dispara y múltiples imágenes te asaltan sin tu permiso. Son imágenes desesperadas. La humedad aumenta a cada paso de la imaginación y los cientos de árboles que separan los breves caminos de la ciudad parecieran hablar... Definitivamente hemos leído demasiado sobre lo que aquí ocurrió... 

Pero es que estamos ante una de las mayores carnicerías humanas de la historia. La imaginación da paso a la realidad, es la hora de marchar a actuar, da tiempo a un café en la plaza principal... De pronto el chofer nos mete prisa, vamos, vamos,vamos... Está nervioso... Ya lo conocemos y le vamos comprendiendo. No es fácil a veces para el sentarse en algunos cafés, entrar en algunas escuelas... Se quiere ir... Algo más fuerte que el le empuja... Nosotros le seguimos... Y es que no es fácil, en Srebrenica vivían un 80 por ciento de Bosnios antes del ataque y ahora conviven serbios y Bosnios a partes iguales en la llamada república Srpska, para terminar con los datos, a saber, que el gobierno de Bosnia, se lo reparten 3 presidentes que se alternan en el poder cada 8 meses, bosnio, croata y serbio. Un auténtico lío político que no pone fácil en ocasiones la convivencia... Una autentica chapuza nacional. Pero sigamos con lo nuestro que es hacer reír... 

En la escuela fue todo hermoso. Después de actuar para un público cada vez más entregado, acabamos contentos de una función que nos había costado mucho. Después de recoger todos los trastos nuestra idea era marchar, estábamos muy cansados, pero nuestro guía nos insistía en tomar el café con el director. Le dijimos que no, pero insistió mucho, con un entusiasmo nuevo, algo había cambiado en el, accedimos a su oferta. Al entrar en el despacho y con un café de por medio ya preparado, nuestro chofer y el director del colegio intercambiaron las primeras palabras que torpemente nos traducía... 

Gracias por venir, los chicos están felices... Para luego desviarse entre ellos en otra conversación que tenía que ver más sobre como cada uno ponía sus credenciales encima de la mesa. Nosotros callábamos y cuando tocaba reíamos. Ellos seguían, poco a poco fuimos comprobando lo que en realidad allí ocurría. Se habían reconocido, porque los hombres buenos así lo hacen y se alivian al encontrarse. Comenzaron a situarse a base de palabras en un lugar común cumpliendo con mas de un cliché, el director serbio mas directo, creando mas silencios con sus frases, nuestro conductor bosnio mas disperso, mas ligero y afectuoso en sus gestos.... Estaban felices de encontrarse, compartieron su diferencia y se quejaron al unísono de los despropósitos que les afectaban... Hablaban de política... Is a good man! Nos repetía nuestro guía, is a good man! Y es que allí, en el despacho del director, fuimos testigos de la posible comunicación entre un Bosnio y a un Serbio, fuimos testigos de como se puede reír y construir la convivencia. Quizás fue efecto de haber leído demasiado, no lo sabemos, no nos interesa, sólo es cierto que ese lunes en Srebrenica tomamos un café lleno de esperanza . Salud!


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