Diez días en Líbano ofrecen la suficiente solera para empezar a escribir acerca de la experiencia. Cada
vez que escuchas el sonido de la puerta corredera del coche de Jean,
conductor de la expedición, se abre la aventura.
Empezamos a actuar en diferentes centros donde las mujeres con sus hijos/as acuden a vernos, caras de expectación, curiosidad por lo que llevamos en nuestras maletas, en nuestro corazón. Cada impulso ya sea unas palmadas, un saludo, una ñac ñac de nuestros juguetes, el brillo de sus ojos comienza aparecer, comienza la música y como un acto de magia sus caritas, sus cuerpos van transformándose en alegría, expectación, una cascada de números y juegos hacen que puedas sentir como el gris de sus caritas se transforma en colores... Los colores del Clown.
Empezamos a actuar en diferentes centros donde las mujeres con sus hijos/as acuden a vernos, caras de expectación, curiosidad por lo que llevamos en nuestras maletas, en nuestro corazón. Cada impulso ya sea unas palmadas, un saludo, una ñac ñac de nuestros juguetes, el brillo de sus ojos comienza aparecer, comienza la música y como un acto de magia sus caritas, sus cuerpos van transformándose en alegría, expectación, una cascada de números y juegos hacen que puedas sentir como el gris de sus caritas se transforma en colores... Los colores del Clown.
Vuelves a escuchar la puerta corredera de Jean, esta vez vamos a refugios secretos. Ya en el viaje intuyes lo que puedes esperar en estas casas de mujeres, adolescentes y niñas... Se abre una verja y comienzas a escuchar un llanto de un peque de apenas 2 años, varias adolescentes mirando tras las cortinas de lo que parece ser un salón. Nos cambiamos con un silencio que hablaba de tristeza, escuchamos como las educadoras las acompañan al jardín, sentadas en semicírculo, algunas de brazos y piernas cruzadas, otras mirando a un más allá que sólo ella conoce, comienza la actuación.
Poco a poco entramos en los corazones de cada
una, una sorpresa, un truco, una melodía de concertina, van poco a
poco haciendo efecto, y puedes sentir como de nuevo hay vida. Vida
en el espacio, vida en sus cuerpos y vida en sus deseos.!, ya estamos
en una conexión especial! Todas podemos sonreír y algunas reír!,
tanto ellas como nosotras sabemos que hay un fin, pero preferimos
transformarlo en una fiesta, en un círculo de mujeres unidas,
bailando y cantando en libanés, haciéndolas sentir que han sido ellas
las que han venido a nosotras, y cerramos aplaudiéndoles, porque
ellas y solo ellas son las protagonistas de esta aventura de vida.
Celia.
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Carta a mi amiga Luna
Presente,
presente, presente para que exista un futuro.
Miércoles 18
septiembre después de pasar todo el día en el refugio contigo.
Sentada en la puerta sobre la caja del amplificador, con la compañía
de nuevas amigas. Apunto de despedirnos, Luna se arranca a compartir
su pasado atroz.
Mi niña hermosa, mujeres valientes, situadas en
presente dejamos escapar el pasado.
Presente, presente, presente
para que exista el futuro.
Está en vuestra mano el cambio, la
esperanza del cambio.
Lo sé, es difícil verlo porque este cambio
no se ve de un día pa' otro. Pero un día vuelves tu mirada atrás
solo un segundo y compruebas que cada pasito que das es un gran
triunfo y esto nadie te lo puede quitar.
Cada sonrisa es una
promesa de un futuro mejor.
Y ahora mil abrazos que no te he
tenido tiempo de darte.
Hasta siempre, Luna.
Marta.
Hicimos un total de 9 espectáculos para 447 personas (mujeres y niñxs)
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Gracias por leer nuestras aventuras en Líbano.
Ayúdanos a seguir compartiendo sonrisas en éste y otros muchos países.
Atentamente,
Celia, Marta y Diana.
Sou unes cracks!!
ResponderEliminarSo proud de la feina q feu!