jueves, 20 de septiembre de 2018

Refugios

Trípoli (norte del Líbano, zona fronteriza)

Los cables decoran las calles, los agujeros de las balas de los edificios, los militares en los check points, la basura en las calles, los cuerpos muertos de los corderos y los gallos en medio de las calles, los coches se abarrotan creando un tráfico continuo, al fondo la llamada a los rezos desde las mezquitas. Adolescentes refugiadas sirias y libanesas de diferentes religiones vienen a nuestro encuentro como un día de fiesta donde pueden expresar, jugar y bailar libres por unos instantes.


Refugios

Se abre paso a la mañana, en las montañas del sur. La naturaleza nos acoge con sus olores a pinos y la alegría y entusiasmo de los niñ@s, de las mujeres adolescentes y adultas del refugio. Dulces libaneses con pistacho, sésamo y albaricoque junto a un cafecito calentito nos dan la bienvenida.

Comienza el espectáculo, juegan y bailan con las payasas.

El silencio y las ricas comidas hechas por las mujeres nos abrazan y nos dan de comer. Y a la tarde, en el taller de juegos nos sorprenden con su entrega. Cerramos con un masaje y una relajación, se abren a recibirme con la salvia y el romero limpiando parte del dolor y la tristeza presente. Se quedan con el pollito para cuidarlo, lavarlo, darle de comer y acostarlo entre tod@s los niñ@s, a la espera de volver a jugar con ellos en una próxima sesión, donde nos reciben con sorpresas, ha preparado pulseras, bailes y dibujos con mucho amor, llenando nuestros corazones de luz.

Rosi Cózar


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Gracias por leer nuestras aventuras en Líbano.
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Atentamente,

Marta, Jimena, Fanny y Rosi.

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