A veces es difícil hacer lo que hacemos. Porque, a veces,
muere un niño con el que hemos jugado, al que hemos apretado contra el pecho,
cuya manita hemos acariciado. Ese niño quizás empieza el tratamiento
semiconsciente, con los ojos entrecerrados, las manos crispadas y un gesto de
profundo dolor. Si alguna vez de despierta, los colores de los juguetes le
animan a mover con esfuerzo una mano para tocarlos. Pero al día siguiente ya no
abre los ojos, y al otro no puede salir de su habitación porque está conectado
a la máquina de oxígeno. Y poco después llega la noticia que no queremos
escuchar.
Es dificil decir adiós a Pierre, Sarata, Rachidatou y Sata.
Es difícil enterarse de que hay otros niños que ingresan en
el hospital tan graves que ni siquiera nos da tiempo a conocerlos.
Es dificil quedarse con las ganas de jugar con Zaratou,
Rachidatou, Aziz, Fatimata y Drissa.
Pero a veces es muy facil hacer lo que hacemos. Porque la
mayoría de los niños se curan. Y cada día estamos a su lado acompañando el
proceso y les vemos florecer y recuperar las ganas de comer, de jugar y de
vivir.
Es muy fácil hacer reír a Souleyman, Fatimata, Salifou,
Emile, Josephine, Malick, Lazar, Bernard, Bibata, Adama, Kadidiata, Pierre,
Jacques, Mohammed, Marie-Grace, Lassina, Fousseni, Ibrahim, Neimata, Aruna,
Awa, Alphonse, Moussa y todos los demás.
Por todos los niños desnutridos, los que están, y los que ya
no están, seguiremos haciendo lo que hacemos.
Bravo por todos vosotros, hacéis una labor admirable. Muchos ánimos y fuerza para seguir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pensar que es la indiferencia de mundo lo que hace que los niños aún sigan viviendo ésta realidad . Agradezco que aún existan seres humanos (por no decir ángeles) , que se entregan con tanto Amor , dedicación y paciencia para realizar una labor tan loable como ésta . Sean toda la fuerza para ustedes y que puedan seguir adelante.
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