Hoy es uno de esos días en el el que ser payaso sin
fronteras toma mas sentido que nunca... Reunidos en la habitación
intentamos poner en orden las mil emociones de este día. Muchas
maravillosas, otras contradictorias.
Empezamos la mañana en el centro de Registro de
refugiados de Beirut donde miles y miles de desplazados de la Guerra de
Siria llegan cada día a inscribirse. La cola da la vuelta al
edificio. Entre los refugiados, centenares de niños desubicados como sus papás. Ha
sido una de las actuaciones más emotivas. La incertidumbre que vive estas familias se
convirtió en risa por unos momentos...
Tras esa actuación seguimos nuestra ruta, entre el horrible trafico de Beirut, hasta el campo de refugiados palestinos de Chatila. Describir
las condiciones en las que viven desde hace mas de 60 años es casi
imposible... Y la manera tan calurosa en la que hemos sido recibidos,
se quedara para siempre en nuestros corazones. La actuación ha sido
adrenalina en efervescencia. Después de la actuación, nos reunieron
en la oficina del director junto al resto de responsables del campo,
de repente hubo un silencio mágico donde las palabras sobraban, solo
con las miradas, nos lo estábamos diciendo todo. Que bonito
lenguaje. Ellos mismos nos dijeron que:
“Habéis conseguido algo que
no habíamos visto nunca , especialmente ahora en estos tiempos tan
difíciles, que es reunir en la misma plaza a Palestinos, Libaneses y
Sirios con el lenguaje más universal que existe, que es la risa”.
(c) Todas las imágenes: Payasos Sin Fronteras
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