© Payasos Sin Fronteras |
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Con la maleta aún por cerrar bajamos a Barcelona para encontrarnos con Carmen y Jordi (El equipo que estuvo en Burkina Faso en Abril y Mayo y a quien sustituimos). Metro Paralelo, subes hasta chocar con un edificio y ya los tienes... a la izquierda.
-No os preocupéis por nada, que ya veréis que en Baba es un amor!-Nos decían Carmen y Jordi-
Esta tranquilizadora expresión la oímos unos diez o doce veces, mientras compartimos una infusión de flor de Ibiscus recién importar y repasamos las últimas informaciones. ¡Todo claro! Ahora sólo queda viajar.
Entre la maleta que sigue sin cerrar, los nervios y que salimos a las 4 de la mañana para ir al aeropuerto, esa noche no dormimos demasiado. Ya habrá tiempo de dormir. Una furgoneta, dos aviones y cuatro aeropuertos después aterrizamos en Ouagadougu. Han sido 21 horas desde que salimos de casa.
Tras recoger el equipaje buscamos a Baba, nuestro amor salvador, entre los taxistas, conductores y familiares que buscan a alguien para transportar. Nuestra afilada intuición nos dice que aquel joven que nos sonríe con una nariz de payaso es él o cuanto menos... algo sabe!. Evidentemente, lo sabe todo!
-Mireia, Bruno! Bienvenú en Burkina Faso! Le «Pays des hommes intègres»
Burkina Faso es un país del centro oeste de África. Rodeado por otros países, no tiene acceso al mar ... ni a muchas otras cosas.
-En Oagadugu hay más de tres millones de habitantes. Los números oficiales (1.120.000) no dicen eso. Sobre el papel todo parece más bonito. Pero la realidad es muy diferente.
Al día siguiente salimos hacia Bobo-Dioulasso, "el hogar de los Bobo y los Dioula". Burkina Faso es una mezcla heterogénea de etnias y religiones.
-Los musulmanes vinieron después, pero no por eso perdimos nuestras raíces! - Nos explican los gemelos Ouatra, artistas y fabricantes de máscaras tradicionales.
En Baba nos cuenta que cada etnia se diferencia de las demás por las escarificaciones del rostro. Son una marca de identidad.
Entre nervios y cansancio, empezamos la ronda de visitas protocolarias de médicos, directores de centros y demás. Conocemos a Sib, otro ángel de la guarda de nuestro proyecto. Doctor y coordinador de pediatría del Hospital CHUSS. Sib tiene el empuje, la fuerza, el tacto y la inteligencia que necesita cualquier proyecto. En palabras de Baba, "si todos los médicos fueran como él todo sería muy diferente". No podemos más que estar de acuerdo.
Conocemos también al director general del CHUSS, Centro Hospitalario Universitario Souro-Sanou, entre el ir y venir del suministro eléctrico. La conversación resulta totalmente normal con un “Windows” de fondo que nunca llega a reiniciarse antes de que la electricidad vuelva a cortarse. Son cosas que pasan cuando llueve.
-Aaaah, mes amis! Vous ave de la buena chance!
Resulta que los augurios son buenos! El día que llegamos al CHUSS llueve, y Baba nos explica que cuando un extranjero llega con la lluvia significa que trae la buena suerte para sus proyectos! Y nos lo confirma poniendo énfasis en el hecho de que hemos encontrado al director el primer día de búsqueda, sin que tuviera tiempo de hacerse el ocupado!
Los buenos augurios se van repitiendo, y en todas partes donde vamos nos reciben con sonrisas y predisposición: las enfermeras, los médicos, las secretarías de los directores ocupados... Nos damos cuenta del trabajo bien hecho del equipo anterior formado por Carmen y Jordi. Gracias a ellos todo resulta mucho más fácil.
Se acerca el día de comenzar a intervenir con los niños del "Proyecto de estimulación psicomotriz para niños que padecen malnutrición".
En un talante calmado y pausado no podemos esperar más para empezar el trabajo en el hospital. Nos habíamos intentado hacer una idea de cómo sería este espacio, y entre el polvo inevitable del país y los archivos amontonados los pacientes a lo largo del pasillo nos encontramos a Sib..
Nos cambiamos a la habitación, nos ponemos nuestra pequeña máscara, afinamos los instrumentos, afinamos los sentimientos y "voilà". Ya estamos. En medio de miradas sorpresas, interrogativas y cansadas. Empezamos unas pequeñas actuaciones y vemos que la respuesta de los niños es más positiva de lo que esperábamos, la mayoría nos responden de una manera u otra .... pero nos responden.
Sólo uno de los niños tiene las constantes vitales críticas, no se mueve, respira rápido y con dificultad. Una mirada perdida. Le cantamos, la acariciamos. Para que os hagáis una idea: tiene tres meses y pesa 2,40 kg.
Nos informan que su madre le ha abandonado, que lo cuida la abuela paterna.
Nos damos cuenta de la fuerza de en Sib, día tras día, trabajando para todos y todas salgan adelante. El corazón se nos hace un poco más pequeño.
Al marchar, desde el balcón del piso donde hemos estado visitando los niños nos llama un padre. Tiene su hijo abrazado a él y sentado sobre la barandilla. Nos dice que tenía muchas ganas de vernos pero que ha tenido que ir a dar de comer o algo similar .... nos muestra una sonrisa grande, de oreja a oreja.
El corazón se nos ha vuelto a ensanchar, un poco.
Esta tranquilizadora expresión la oímos unos diez o doce veces, mientras compartimos una infusión de flor de Ibiscus recién importar y repasamos las últimas informaciones. ¡Todo claro! Ahora sólo queda viajar.
Entre la maleta que sigue sin cerrar, los nervios y que salimos a las 4 de la mañana para ir al aeropuerto, esa noche no dormimos demasiado. Ya habrá tiempo de dormir. Una furgoneta, dos aviones y cuatro aeropuertos después aterrizamos en Ouagadougu. Han sido 21 horas desde que salimos de casa.
Tras recoger el equipaje buscamos a Baba, nuestro amor salvador, entre los taxistas, conductores y familiares que buscan a alguien para transportar. Nuestra afilada intuición nos dice que aquel joven que nos sonríe con una nariz de payaso es él o cuanto menos... algo sabe!. Evidentemente, lo sabe todo!
-Mireia, Bruno! Bienvenú en Burkina Faso! Le «Pays des hommes intègres»
Burkina Faso es un país del centro oeste de África. Rodeado por otros países, no tiene acceso al mar ... ni a muchas otras cosas.
-En Oagadugu hay más de tres millones de habitantes. Los números oficiales (1.120.000) no dicen eso. Sobre el papel todo parece más bonito. Pero la realidad es muy diferente.
Al día siguiente salimos hacia Bobo-Dioulasso, "el hogar de los Bobo y los Dioula". Burkina Faso es una mezcla heterogénea de etnias y religiones.
-Los musulmanes vinieron después, pero no por eso perdimos nuestras raíces! - Nos explican los gemelos Ouatra, artistas y fabricantes de máscaras tradicionales.
En Baba nos cuenta que cada etnia se diferencia de las demás por las escarificaciones del rostro. Son una marca de identidad.
Entre nervios y cansancio, empezamos la ronda de visitas protocolarias de médicos, directores de centros y demás. Conocemos a Sib, otro ángel de la guarda de nuestro proyecto. Doctor y coordinador de pediatría del Hospital CHUSS. Sib tiene el empuje, la fuerza, el tacto y la inteligencia que necesita cualquier proyecto. En palabras de Baba, "si todos los médicos fueran como él todo sería muy diferente". No podemos más que estar de acuerdo.
Conocemos también al director general del CHUSS, Centro Hospitalario Universitario Souro-Sanou, entre el ir y venir del suministro eléctrico. La conversación resulta totalmente normal con un “Windows” de fondo que nunca llega a reiniciarse antes de que la electricidad vuelva a cortarse. Son cosas que pasan cuando llueve.
-Aaaah, mes amis! Vous ave de la buena chance!
Resulta que los augurios son buenos! El día que llegamos al CHUSS llueve, y Baba nos explica que cuando un extranjero llega con la lluvia significa que trae la buena suerte para sus proyectos! Y nos lo confirma poniendo énfasis en el hecho de que hemos encontrado al director el primer día de búsqueda, sin que tuviera tiempo de hacerse el ocupado!
Los buenos augurios se van repitiendo, y en todas partes donde vamos nos reciben con sonrisas y predisposición: las enfermeras, los médicos, las secretarías de los directores ocupados... Nos damos cuenta del trabajo bien hecho del equipo anterior formado por Carmen y Jordi. Gracias a ellos todo resulta mucho más fácil.
Se acerca el día de comenzar a intervenir con los niños del "Proyecto de estimulación psicomotriz para niños que padecen malnutrición".
En un talante calmado y pausado no podemos esperar más para empezar el trabajo en el hospital. Nos habíamos intentado hacer una idea de cómo sería este espacio, y entre el polvo inevitable del país y los archivos amontonados los pacientes a lo largo del pasillo nos encontramos a Sib..
Nos cambiamos a la habitación, nos ponemos nuestra pequeña máscara, afinamos los instrumentos, afinamos los sentimientos y "voilà". Ya estamos. En medio de miradas sorpresas, interrogativas y cansadas. Empezamos unas pequeñas actuaciones y vemos que la respuesta de los niños es más positiva de lo que esperábamos, la mayoría nos responden de una manera u otra .... pero nos responden.
Sólo uno de los niños tiene las constantes vitales críticas, no se mueve, respira rápido y con dificultad. Una mirada perdida. Le cantamos, la acariciamos. Para que os hagáis una idea: tiene tres meses y pesa 2,40 kg.
Nos informan que su madre le ha abandonado, que lo cuida la abuela paterna.
Nos damos cuenta de la fuerza de en Sib, día tras día, trabajando para todos y todas salgan adelante. El corazón se nos hace un poco más pequeño.
Al marchar, desde el balcón del piso donde hemos estado visitando los niños nos llama un padre. Tiene su hijo abrazado a él y sentado sobre la barandilla. Nos dice que tenía muchas ganas de vernos pero que ha tenido que ir a dar de comer o algo similar .... nos muestra una sonrisa grande, de oreja a oreja.
El corazón se nos ha vuelto a ensanchar, un poco.
Moltes felicitats, per aquesta tasca que no t preu....
ResponderEliminarHijo estoy muy orgullosa de ti y la aranxta tambien se nos cae la babababab...........besos y gracias po r omunicarte con nosotrossigue asi nen petit BOUBOU
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