Nos despertamos muy temprano en la mañana y nos dirigimos de Amman a Mafraq, donde realizaremos un primer bolo para un grupo de chicas sirias refugiadas y jordana que comparten escuela. Después fuimos a Irbid a instalarnos en lo que será nuestra casa para unos días y por la tarde hicimos una actuación en el campo de refugiados de CiberCity. Os dejamos un resumen de la jornada en dos posts, el primero sobre Mafraq:
Mafraq se encuentra a unos 15 km de la frontera con Siria y es una de las ciudades que más refugiados ha acogido.
A nuestra llegada, unas 200 chicas sirias y jordanas esperaban en un salón en Mafraq para presenciar la actuación de los artistas de Payasos Sin Fronteras. Estaban acompañadas de varios voluntarios de la organización IRD (Ineternational Relief and Development), que nos ha organizado gran parte de la agenda en Jordania. Para mi sorpresa me encuentro con Hussein y Mohammed, dos voluntarios de IRD, uno Jordano y otro Sirio con los que ya tuve el placer de coincidir en la expedición de 2012. Nos reciben con un shai bid nanas (té con menta), y tras las presentaciones y los afectuosos saludos, Mabsutins se prepara para la actuación. Las chicas sirias, en su mayoría proceden de las ciudades de Dera'a (a tocar de la frontera con Jordania), de Homs y de Hama. Tan cerca y tan lejos de sus hogares a la vez.
Estas chicas comparten edificio de escuela en Mafraq, pero no comparten clase (Los alumnos jordanos van a la escuela por la mañana y los alumnos sirios van por la tarde), nos comentan que para que puedan caber todos, pues las escuelas están llenas. Por ello, recalcan Huseein y Mohammed:
“Es tan importante que existan actividades lúdicas en las que las chicas sirias y jordanas se sienten y se diviertan juntas, que coincidan en el mismo espacio y tiempo, y que puedan disfrutar de la actividad con el único objetivo de reírse y reírse. Pensad que algunas de ellas viven refugiadas en Jordania, pero en pueblos cerca de la frontera (porqué es más barato que vivir en la Mafraq), desde los que por las noches se pueden escuchar disparos y explosiones, con lo que aún habiendo salido del país, tienen muy presente el conflicto”.
Fátima, la chica voluntaria que Denguito escogió para participar en el escenario, nos decía al final del bolo: “Muchas veces tenemos problemas entre sirios y jordanos, porqué nosotros no somos de aquí, y somos muchos y llenamos sus colegios, a lo mejor por eso a veces tenemos pequeños problemas, pero no son importantes” y Hussein y Mohammed certificaban la existencia de problemas en la convivencia, si bien no graves, derivados de la presión demográfica que ha ejercido la afluencia masiva de refugiados con lo que ha comportado de colapso para las instituciones y los servicios locales de educación y sanidad.
Una vez más, las actividades que proporcionan los artistas voluntarios de Payasos Sin Fronteras se presentan con una capacidad de unir a grupos de personas, y de unirlas gracias a la comicidad universal, al valor intangible de la sonrisa compartida. Nosotros podemos comprobar cada día cómo se hace cierto el dicho de que “La distancia más corta entre dos personas es una sonrisa”.
Nota: En Mafraq hay 80.000 habitantes, pero se han establecido en la ciudad y en los alrededores 120.000 refugiados (cifras proporcionadas por los voluntarios de IRD) con lo que ello comporta.
Acabamos este post y salimos pitando para Ajulun!
Un abrazo!
Samuel Rodríguez
©Todas las imágenes: Samuel Rodríguez/Payasos Sin Fronteras