martes, 26 de noviembre de 2013

Tan cerca, tan lejos...




Nos despertamos muy temprano en la mañana y nos dirigimos de Amman a Mafraq, donde realizaremos un primer bolo para un grupo de chicas sirias refugiadas y jordana que comparten escuela. Después fuimos a Irbid a instalarnos en lo que será nuestra casa para unos días y por la tarde hicimos una actuación en el campo de refugiados de CiberCity. Os dejamos un resumen de la jornada en dos posts, el primero sobre Mafraq:

Mafraq se encuentra a unos 15 km de la frontera con Siria y es una de las ciudades que más refugiados ha acogido.

A nuestra llegada, unas 200 chicas sirias y jordanas esperaban en un salón en Mafraq para presenciar la actuación de los artistas de Payasos Sin Fronteras. Estaban acompañadas de varios voluntarios de la organización IRD (Ineternational Relief and Development), que nos ha organizado gran parte de la agenda en Jordania. Para mi sorpresa me encuentro con Hussein y Mohammed, dos voluntarios de IRD, uno Jordano y otro Sirio con los que ya tuve el placer de coincidir en la expedición de 2012. Nos reciben con un shai bid nanas (té con menta), y tras las presentaciones y los afectuosos saludos, Mabsutins se prepara para la actuación. Las chicas sirias, en su mayoría proceden de las ciudades de Dera'a (a tocar de la frontera con Jordania), de Homs y de Hama. Tan cerca y tan lejos de sus hogares a la vez.

Estas chicas comparten edificio de escuela en Mafraq, pero no comparten clase (Los alumnos jordanos van a la escuela por la mañana y los alumnos sirios van por la tarde), nos comentan que para que puedan caber todos, pues las escuelas están llenas. Por ello, recalcan Huseein y Mohammed:

Es tan importante que existan actividades lúdicas en las que las chicas sirias y jordanas se sienten y se diviertan juntas, que coincidan en el mismo espacio y tiempo, y que puedan disfrutar de la actividad con el único objetivo de reírse y reírse. Pensad que algunas de ellas viven refugiadas en Jordania, pero en pueblos cerca de la frontera (porqué es más barato que vivir en la Mafraq), desde los que por las noches se pueden escuchar disparos y explosiones, con lo que aún habiendo salido del país, tienen muy presente el conflicto”.

Fátima, la chica voluntaria que Denguito escogió para participar en el escenario, nos decía al final del bolo: “Muchas veces tenemos problemas entre sirios y jordanos, porqué nosotros no somos de aquí, y somos muchos y llenamos sus colegios, a lo mejor por eso a veces tenemos pequeños problemas, pero no son importantes” Hussein y Mohammed certificaban la existencia de problemas en la convivencia, si bien no graves, derivados de la presión demográfica que ha ejercido la afluencia masiva de refugiados con lo que ha comportado de colapso para las instituciones y los servicios locales de educación y sanidad. 

Una vez más, las actividades que proporcionan los artistas voluntarios de Payasos Sin Fronteras se presentan con una capacidad de unir a grupos de personas, y de unirlas gracias a la comicidad universal, al valor intangible de la sonrisa compartida. Nosotros podemos comprobar cada día cómo se hace cierto el dicho de que “La distancia más corta entre dos personas es una sonrisa”.

Nota: En Mafraq hay 80.000 habitantes, pero se han establecido en la ciudad y en los alrededores 120.000 refugiados (cifras proporcionadas por los voluntarios de IRD) con lo que ello comporta.

Acabamos este post y salimos pitando para Ajulun!
Un abrazo!

Samuel Rodríguez
©Todas las imágenes: Samuel Rodríguez/Payasos Sin Fronteras












La mujer, protagonista.



En todos los conflictos y las crisis humanitarias la mujer tiene un papel fundamental, protagonista, como protectoras de la familia y como responsables de intentar que sus hijos noten lo menos posible el impacto del conflicto. Y para ello necesitan ayuda, y mucha, y cuando cruzan la frontera hacia Jordania diferentes organizaciones les atienden para que su nueva vida como refugiados sea lo menos traumática posible. El domingo realizamos una actuación para madres e hijos en Zarqa, cerca de Ammán, y aquí os dejamos un resumen de cómo fue:

Inàs Younes, abogada del Family Guidence and Awarness Center (Centro de guia, protección y asesoramiento para familias) en Zarqa, nos explicaba al acabar nuestra intervención:

No se me hubiera ocurrido una manera mejor de invitar a estas mujeres y niños a reírse, a vivir la vida, y a luchar para se feliz que con este espectáculo. Ha sido un momento de pequeña catarsis, como si se hubiera parado el tiempo para todos, y lo único que importase fuera divertirse. Muchas lo han grabado con sus teléfonos móviles y estoy segura de que es para poder reírse a solas en su casa".

Este centro de Zarqa, coordinado por la asociación jordana House Wife Association se dedica a dar apoyo a familias, y especialmente a mujeres y niños refugiados provenientes de Irak y de Siria con el apoyo de ACNUR, UNRWA y UNICEF. El trabajo principal es apoyar emocionalmente a las familias refugiadas, ofreciendo servicios gratuitos de atención psicosocial, asesoramiento legal... y muy especialmente concentran esfuerzos en atender a las mujeres refugiadas que sufren violencia en el seno familiar.

Inàs nos explica que “Al principio fue muy difícil trabajar con las mujeres refugiadas, tenían miedo a abrirse a nosotros, explicarnos sus problemas y pedirnos ayuda. Por suerte con la experiencia de 10 años que tenemos de trabajo con mujeres e infancia iraquí ya tenemos más pautas para trabajar con ellas”

En definitiva Inas nos transmitió su sorpresa de ver a las mujeres refugiadas, junto a sus hijos, reírse durante más de una hora, relajarse y disfrutar de un momento de risa porqué sí, algo que difícilmente se da en su día a día, que se resume en atender a su familia, estar pendiente de que sus hijos puedan ir a las escuelas jordanas, preocuparse de poder obtener ayudas para alojamiento...

Muchas de las mujeres llegan solas a Jordania mientras el marido se queda durante un tiempo en Siria (o antes Irak) atendiendo cuestiones legales varias como intentar proteger su casa, recuperar el dinero de los bancos o, en muchos casos también, unirse a alguno de los bandos en conflicto como combatiente. Y cuando el marido llega meses después a reunirse con ellas, fuera combatiente o no, la tensión y la violencia en el seno familiar aumenta, generalmente como consecuencia del estrés que también padece el hombre y la falta de recursos para gestionarlo.

Inàs cerraba su explicación diciendo: “Cada mujer que conseguimos que entre en el programa de asesoramiento es una victoria, porqué no es solo bueno para ella, lo es para toda la familia. Cada vez más los hombres también aceptan la ayuda, que es necesaria, imprescindible, para que puedan deshacerse de traumas y poder intentar llevar una vida normal. En este centro hemos desplegado una asesoría jurídica para atender a mujeres que sufren violencia doméstica y tienen el apoyo de abogados y asesores, les animamos a denunciar, a respetarse a sí mismas y no quedarse calladas”

Os dejamos unas imágenes de ea actuación!
Saludos desde Irbid.
Samuel Rodríguez

©Todas las imágenes: Samuel Rodríguez/PSF













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